Uno es guitarrista de flamenco, el otro es el acordeonista aventurero de Zakouska y The Summer Rebelion. Maël Goldwaser y Arthur Bacon se entregan al ejercicio del dúo con toda la reactividad y la delicadeza que se necesita. Sus composiciones convocan el cante jondo del flamenco y el acordeón musette de Gus Viseur para discutir sobre el sentido de la marcha.  Partida de Ping Pong infinita en la que se hacen las únicas preguntas que nos importan: ¿Dónde está la línea? ¿Quién nos está mirando? ¿Cómo alejarse sin perderse? Y ¿Por qué el flamenco?

A través de improvisaciones de un extraño pudor, el dúo nos lleva al punto de ruptura donde tradición y modernidad se entrelazan.

Existen dos tipos de personas que dejan huella en  los músicos principiantes: las leyendas inasequibles y las personas que nos inspiran a lo largo de nuestra formación. Mis primeros recuerdos de Arthur Bacon me llevan a noches que compartimos a las orillas del canal de Estrasburgo; su energía comunicativa, la expresividad de su ejecución y su implicación física al momento de tocar me impactaron de inmediato. Desde entonces me imaginé que podríamos construir un proyecto juntos.

El dúo con Arthur me permite ampliar mi actividad de composición, explorar nuevas estructuras rítmicas inspiradas del flamenco y de manera general tratar de una forma más flexible la materia que me ofreció esta tradición. Este proyecto es también una oportunidad para poner a prueba algunas características que desarrollé componiendo para guitarra sola.